#HemosVisto #Spoilers
¿Una película sobre la historia del cine? ¿Otra más? Babylon recrea un momento muy especial en la historia de Hollywood, como fue el desarrollo del cine sonoro. Este irrumpió como una apisonadora cambiando completamente la forma de hacer y ver películas. Desde los inevitables encargados de sonido y el hecho de empezar a poner el foco en las orquestas hasta la difícil adaptación de los actores a sus diálogos.
Babylon retrata el entorno enloquecido y desproporcionado que alimentaba la maquinaria del cine, y lo hace de la misma forma desproporcionada: se trata de una película de 189 minutos (¡3 horas!) de los que sobran, tranquilamente, 90. Sobre todo los últimos, un trailer con posicionamiento de producto de lo que ha sido el cine hasta nuestros días. O al menos hasta Tron. Reconozco que desconecté con la publicidad en seguida y ni siquiera traté de jugar a adivinar a qué títulos correspondían las secuencias.
Es curioso, sin embargo, que a pesar de tan excesivo metraje, la sensación final es que se dedique poco tiempo a desarrollar algunos personajes. Como si el único propósito de la película fuera inundar la pantalla de anécdotas extravagantes. O como si hubieran recortado hora y pico, lo que sería aterrador.
Sí, al final veremos retazos de los arcos argumentales de unos personajes que se relacionan entre sí:
Margot Robbie: Desmesurada, aunque el papel lo requería. Final poco desarrollado, se puede entender si lo que se pretendía era incidir en la irrelevancia final de muchos de estos juguetes rotos.
Brad Pitt: Resignación impostada. Quizá trate de explicar el miedo al silencio del teléfono que viven los actores entre películas, pero exacerba la poca sangre que tiene en las venas.
Li Jun Li: Misteriosa. Papel insuficiente, daba para muchísimo más.
Jovan Adepo: Inconformista. Papel insuficiente, daba para muchísimo más
Diego Calva: Soñador. Quizá el papel más completo, la mayor parte del tiempo da la impresión de que la película la vemos a través de sus ojos. Demasiados tópicos por su origen.
En conclusión: visualmente se trata de una película muy atractiva, pero el desarrollo se pierde en detalles accesorios que, aunque son útiles para dar contexto, restan tiempo para conocer a los protagonistas. Su excesiva duración da pereza.
La Pesadilla De Gilgamesh 